Delegaciones de México y Argentina

Promover a todos los hombres y a todo el hombre en la caridad y la verdad

La aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia a través del Credito Social

Nos comparte por favor Padre su experiencia durante estos días en la casa de los Peregrinos de San Miguel.

Ha habido una experiencia extraordinaria, experiencia de Iglesia, ciertamente que el Señor nos ha dicho; en esto conocerán que son mis discípulos en que se amen unos a otros y yo he encontrado aquí un profundo amor y he visto con tanta sorpresa que los Peregrinos de San Miguel Arcángel viven profundamente su fe, son hombres y mujeres de oración que han comprendido que sin el Señor nada se puede hacer y que procuran vivir como discípulos suyos en plena comunión con la Iglesia, fieles al Papa, los Obispos, procurando cada día meditar la palabra de Dios, celebrar su fe sobre todo a través de la Eucaristía que viven con un gran respeto, con un gran amor, procuran estar unidos al Señor a través de la oración, implorando la interseción de la Virgen María. He visto que a lo largo del día se reza 3 veces el Santo Rosario para tomados de la mano de María poder contemplar el Rostro de Cristo. 

He visto también como además se cuida mucho la vida de oración, se procura proyectar que del encuentro con Dios brota el encuentro del prójimo. Esto lo he notado en su preocupación por difundir la DSI y hacerla concreta a través de la difusión de la doctrina del Crédito Social particularmente por medio del Periódico San Miguel que se esta difundiendo en tantas partes, pero también yo he visto aquí un profundo amor al prójimo. Ciertamente toda la DSI y por ende la propuesta del Crédito Social se fundamenta en el amor a Dios y en el amor al prójimo y en el amor a la persona humana y es lo que encuentro aquí; un profundo amor por la persona humana. Me he quedado muy impresionado de como todos los que forman parte de esta comunidad se preocupan y se ocupan de la gente, de atender a las personas que hemos llegado aquí, nos tratan con mucho amor y nos hicieron sentir que este lugar es nuestra casa, es nuestro hogar y de esto brota lo demás, ya lo decía San Agustín; "Nada si no el bien podrá brotar de ti si la fuente del amor se allá en ti ", y es lo que he visto en estos días.

Uno de los Obispos del África manifestó: que hermoso fue ver a cuatro Arzobispos y un Cardenal como estudiantes, ya no ellos siendo los que enseñan a los laicos si no que con profunda humildad han sido ellos los estudiantes. ¿cómo usted experimenta esto dentro del sacerdocio?

Como un regalo de Dios, en este año sacerdotal al que nos invitó el Papa Benedicto XVI creo que es una oportunidad para los señores Cardenales, Arzobispos y Obispos que nos han acompañado y también para los sacerdotes que hemos estado aquí de comprender que en esta gran familia que es la Iglesia cada uno tiene diferentes dones y talentos y que podemos enriquecernos y enriquecer a otros con estos dones y aquí que hermoso que los laicos que son a los que les corresponde como lo decía el Concilio Vaticano II, y la exhortación Apostólica Postsinodal Christi Fidelis Laici, del Papa Juan Pablo II, llenar del espíritu del evangelio las realidades temporales, nos estén dando orientaciones de como aterrizar la DSI, creo que esto es algo muy hermoso y muy esperanzador y además como lo recordaba el Papa Juan Pablo II en la exhortación Pastores Davo Vobis que la formación debe ser progresiva y permanente y nunca termina. Y que bien que los señores Cardenales, Arzobispos, Obispos y Sacerdotes que nos han acompañado, entendamos esto y estemos con los oídos bien atentos, la mente bien despierta y con un corazón abierto para recibir estas hermosísimas orientaciones.

Padre resumiendo…muchos Arzobispos, Obispos, Sacerdotes que han venido acá han encontrado, y como usted dice han aterrizado a la realidad de que existe una aplicación de la DSI, de que es posible aplicarla en nuestro tiempo.. ¿cree usted que es posible aplicar la DSI con el crédito social?

A mi me ha impresionado mucho conocer sobre la situación del África. Todo lo que nos transmitieron aquí el Sr. Cardenal, los señores Arzobispos y Sacerdotes es la situación tan difícil de como vive la gente y sin embargo se nos comentaba como han habido intentos en algunas comunidades de África para implementar el Crédito Social y que esto ha permitido superar situaciones de veras de una pobreza extrema terrible, y esto nos permite ver que si se puede. Y algo muy bonito es como nos comentó un economista suizo que la comunidad católica Suiza se ha hecho solidaria con estos pueblos pobres del África y en cuaresma la gente ayuna y lo que ahorra lo envía para ayudas, de tal manera que pueda constituirse un banco local sin intereses y ayudar a la gente a seguir adelante de modo que no tengan que endeudarse acudiendo a créditos luego impagables que acaban poniendo en riesgo sus propiedades y la soberanía de un pueblo. Y esto es muy esperanzador. A veces la gente piensa que la DSI es una teoría hermosísima pero que no es aplicable y que no se puede aterrizar y vemos como entre otros caminos uno que ha resultado bastante accesible y además con buenos resultados es el Crédito social. Yo he quedado realmente sorprendido, los testimonios allí están, estos son pruebas. Como dice un viejo refrán: "lo evidente no requiere demostración". Nos han hablado los señores Obispos, sacerdotes, este señor economista que demuestra que está dando resultados la aplicación de la DSI mediante el Creedito Social y creo que es muy interesante conocerlo más, difundirlo más y poder ayudar efectivamente a quien más lo está necesitando.

FIN


Su eminencia Cardenal Bernard Agree, señores Arzobispos, autoridades de los Peregrinos de San Miguel, y demás participantes. Tengo el alto honor de estar presente en esta semana de estudios, y quiero en primer término ser el portador de los saludos del pueblo de la Provincia de Tucumán, Argentina, que me ha otorgado la representación del Cuerpo Parlamentario que integro como legislador del Partido Laborista.

En realidad, creo que soy el único político que ha venido a este evento, con la esperanza de aprender métodos alternativos que permitan aliviar el dolor de los pueblos. Me siento encantado con la marcha de las deliberaciones y además de constatar que cuando los hombres tenemos unidad de concepción, actuamos de la misma manera en cualquier lugar del mundo, aún sin conocernos. 

Hemos aprendido en estos días este singular mecanismo del Crédito Social que no se contrapone a los que pensamos que el desarrollo integral del hombre debe ser el centro de nuestras preocupaciones. Ninguna doctrina política, religiosa, económica o social puede tener un objetivo distinto al antropocéntrico. 

He escuchado realidades de pobreza de países carentes de recursos que me conmueven profundamente, pero debo confesarles que aunque provengo de un país rico en recursos de toda naturaleza, allí pasa exactamente lo mismo. Argentina, que posee la capacidad de alimentar a 380.000.000 de habitantes, está habitada por alrededor de 40.000.000 de los cuales 25 millones se hallan por debajo de la línea de pobreza. De estos, 10 millones son indigentes.

Entonces me pregunto ¿por qué todos los países tienen abundancia de pobres e indigentes, con independencia de su dotación de recursos naturales?

¿Cuál es la razón? ¿Existe ineficiencia en la aplicación y uso de esos recursos? ¿Existen problemas técnicos que el hombre no sepa resolver? ¿O tal vez un sistema político, económico o social injusto que causa que más de la mitad de los habitantes del planeta no pueda satisfacer sus necesidades mínimas de supervivencia?

Como profesional de la economía me propongo retornar a  las fuentes donde he estudiado y recuerdo a un libro clásico que todos los estudiantes de economía americanos debimos estudiar. Paul Samuelson fue un profesor que dejo grabada en nuestras mentes el fruto de sus mejores esfuerzos por enseñarnos que "economía es la ciencia que estudia el comportamiento humano en la transformación de recursos escasos en bienes y servicios que serán distribuidos entre los miembros de una comunidad".

Y además precisó que los problemas básicos que debe resolver una sociedad son: ¿QUE PRODUCIR? ¿CÓMO PRODUCIR?  y ¿PARA QUIEN PRODUCIR?  Las respuestas de estos interrogantes sirven para evaluar si la sociedad ha sido capaz de solucionar los problemas centrales que propone cualquier economía. 

Sabemos que ha desarrollado técnicas como para producir todo lo que se proponga, con lo cual la segunda pregunta se contesta por si sola. La respuesta a la primera pregunta QUE PRODUCIR es más compleja pues depende de las decisiones políticas de los pueblos; mientras que la tercera pregunta PARA QUIEN PRODUCIR tiene una respuesta que se basa en la mas absoluta INJUSTICIA DEL SISTEMA ECONOMICO vigente. Esta sociedad es capaz de gastar cantidades colosales de dinero para investigación espacial o en dotar a algunas naciones de armamentos capaces de destruir el planeta en un minuto. Sin embargo ostenta el deshonroso estigma de dejar morir de hambre a pueblos enteros. Esta conclusión categórica nos dice que el sistema ha fracasado.    

Los dos mecanismos que sirven para vincular la existencia de recursos escasos con las necesidades de los pueblos: liberalismo y socialismo han fracasado. Y han fracasado porque en ambas propuestas existe un afán de dominación y de explotación del hombre. Jamás se propusieron solucionar los problemas. Por el contrario, liberalismo y socialismo han demostrado un desprecio por la condición humana, a tal punto que muchos pueblos han sucumbido por hambres, guerras, depredación, torturas y genocidios en masa. 

Esto se debe a que ambas doctrinas tienen una base crudamente materialista y van por detrás del poder por el poder mismo, y no en busca de una solución. Por ello todo se confía en la fuerza y no en la razón. Una sociedad humana que niega la Justicia inicia un proceso inexorable que la conduce a su propia destrucción.

Dentro de los mecanismos desarrollados, sobre todo por el capitalismo, el del sistema financiero ha resultado el mas perverso. La usura ha servido como el medio habitual de dominación, convirtiendo al dinero en un instrumento satánico de perdición. 

El dinero surge para agilizar el trueque de mercancías, o sea que sirve para expresar en determinadas unidades los valores que ya poseen las cosas. También debiera cumplir una función como reserva de valor, es decir que la persona que ha obtenido dinero, posee un poder adquisitivo que podrá materializar en el momento que estime oportuno. Y por ultimo, sirve también como medio de pago de las obligaciones monetarias y de transferencia del poder adquisitivo.   

Ahora vamos a poner en descubierto donde se halla la trampa de los usureros. Siendo el dinero un bien intermedio no debería tener valor en si. Para que el pan que cuesta 5 dólares y la leche dos dólares conserven ese valor, es condición esencial, repito, condición esencial que el dinero no tenga precio. En cuanto el dinero tiene precio, para muchos la tasa de interés, tenemos que quien maneja las fluctuaciones del precio del dinero, se halla manejando directamente el valor de todos los bienes producidos en la tierra.

Si el dinero no tuviera precio, cumpliría adecuadamente con su función, pero a partir que tiene un precio le otorga a quienes pueden manipulearlo un poder monopólico sobre toda la actividad mundial, puesto que una simple decisión en el manejo de la tasa de interés permite enriquecer a unos pocos y mandar a  la bancarrota a muchos. 

No me voy a detener en el endeudamiento de todos los países con la usura internacional pese a que tengo derecho a hacerlo, porque cuando me desempeñé como Ministro de economía de Tucumán fui capaz de disminuir la deuda externa publica de ese Estado en un 35% en solo dieciocho meses de trabajo. Si como Ministro de economía me hubiera rendido a las presiones usureras y hubiese pasado a usar el endeudamiento del Estado como una acción de Gobierno permanente, como hicieron todos mis colegas, reitero TODOS, no podría estar aquí hablando enfrente de ustedes.

Esta es la razón por la cual en mi país por el desarrollo y puesta en practica de estas ideas fui un perseguido político de la ultima dictadura militar y de la actual narcodemocracia vigente. 

Les cuento que asumí el Ministerio en momentos en que se adeudaban hasta cinco meses de sueldo al personal del Estado. Donde las necesidades de financiamiento excedían las posibilidades y me llovían los ofrecimientos de los bancos del país y del exterior con tasas de interés exageradas, pero con muy buenos retornos personales. Entonces procedí a crear dinero lo que en un Estado provincial era impensable y si además ese Estado era liberal, producir dinero sin permiso de los amos, de los patrones de la economía era causal de excomunión. Bueno, desde entonces estoy excomulgado de la iglesia de Lucifer. 

Me detengo a explicar su funcionamiento. Emití diez millones de pesos equivalentes a ocho millones de dólares. La planilla salarial era de 12 millones de pesos. Pague los sueldos el día 30 del mes y esos bonos podían ser presentados al banco, que era del Estado, recién a partir del día 18 al 28 del mes siguiente. 

La prensa del sistema nos atacaba furiosamente y el pueblo aceptaba desconfiado esos papeles firmados por el Gobernador y yo. Cuando llego el día 18 una multitud se abalanzo sobre el banco y el primer día cambiaron el 80% de esos bonos por dinero en efectivo y empezaron a ver que ese mecanismo funcionaba. Los bancos y el gobierno nacional, que estaban al servicio de la usura y del endeudamiento, me acosaban. Al mes siguiente solamente en el primer día de canje se cambiaron el 40 % solamente del monto emitido. Dos meses después ya estaba todo mezclado, dinero nacional y bonos. Habíamos probado que el bono era un instrumento de crédito popular con tasa cero de interés. 

En lo que duro mi función el pueblo tucumano ahorro 1.750.000 dólares que habrían ido a manos de los usureros. ¿Cuál había sido la base del éxito? LA CONFIANZA, como es la base del éxito del CREDITO SOCIAL que he venido a aprender. 

Pero una golondrina no hace verano, dicen en mi tierra. 

La Iglesia Católica ha hecho un formidable esfuerzo a lo largo de dos milenios en redimir al hombre tratando de arrancarle su corazón de piedra para poner  en ellos un corazón de carne y de Espíritu Santo. He leído con mucha atención el COMPENDIO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA de abril de 2004, que nos dona una obra maravillosa a los hombres y mujeres de nuestro tiempo con espíritu generoso. 

Me siento orgulloso de pertenecer a la Iglesia de Cristo y poder desarrollar mi misión política en el Movimiento Nacional Justicialista, que como impulsor de una revolución en paz, se fundamenta en una doctrina que considera al hombre como causa y termino de la vida comunitaria, y una teoría política que ha llevado a la vía de las realizaciones practicas esa doctrina. 

La COMUNIDAD ORGANIZADA es la sociedad integrada desde abajo hacia arriba, que partiendo del núcleo primario que es la familia, armoniza con un criterio de justicia las relaciones individuales y de grupos sociales, brindando las condiciones necesarias para que su accionar sea equilibrado y posibilite la concreción del BIEN COMUN. 

Debemos transformar a los habitantes de un territorio en personas integrantes de un pueblo trascendente. 

Soy consciente que la misión que Cristo confió a su Iglesia - como afirma el Compendio de la Doctrina Social - no es de orden político, económico o social. El fin que le asignó es de orden religioso. Pero precisamente de esta misma misión religiosa derivan funciones, luces y energías que pueden servir para establecer y consolidar la comunidad humana según la ley divina. La Iglesia tiene la competencia que le viene del Evangelio: del mensaje de liberación del hombre anunciado y testimoniado por el Hijo de Dios hecho hombre. Por eso debe servir de guía a la organización social, económica y política de los pueblos.

No obstante tantos esfuerzos creativos, desarrollados y propulsados a través de la historia, el hombre y la sociedad se enfrentan hoy con la más profunda crisis de valores que registra su evolución. Víctima de un profundo relativismo de su escala de valores, el hombre transita lleno de angustia y desencanto una vida que se halla obligado a vivir. En ella no vive, dura; en ella no encuentra paz por lo que vive angustiado; no encuentra libertad pues vive esclavo; no reconoce a sus semejantes y por ello vive aislado; no le llaman la atención ni la belleza ni la armonía, de ahí que destruye; sus instintos se desarrollan y exacerban como un centauro embravecido; y la paz y la realización que no encuentra en sus afectos, en su trabajo y en su familia, la recibe en pequeñas dosis letales de la droga que lo adormece y tranquiliza a ratos. Sentimental y desesperado buscador de sensaciones, vaga confundido en un estado de profunda degradación. No lo calma ni el sexo desenfrenado ni la lujuria potenciada.  Ni siquiera el dolor que provoca su actitud. Transita desorientado, deambulando entre las muertes que provoca, que le van señalando el camino de su propia muerte. Ha perdido irremediablemente el sentido de su inmortalidad. Ya no quiere vivir, de ninguna manera.  

El hombre actual esclavizado, desorientado y excluido de un sistema económico cruelmente competitivo, necesita incorporarse a la vida social, integrarse con su comunidad y restaurar sus vínculos sociales. Para ello es menester una decidida acción del Estado, pero no del Estado depredador actual existente en los países latinoamericanos, o el Estado confiscatorio del mundo desarrollado, sino del Estado organizador y promotor de la vida social, económica y política de un Pueblo, en necesidad de restaurar su existencia. 

Esa acción del Estado no debe ser aislada porque no se trata de mejorar las condiciones económicas del Pueblo solamente, sino de encaminarlo en forma inexorable hacia un camino de progreso sustentable. 

Los usureros le hicieron perder al hombre su sentido de la inmortalidad. Todos tenemos el deber de devolverle la fe en su naturaleza infinita. 

Quiero finalizar con unas palabras del recordado Papa Juan Pablo II:

YA ES DE NOCHE. CONTEMPLANDO A CRISTO MUERTO EN LA CRUZ, PIENSO EN TANTAS INJUSTICIAS Y SUFRIMIENTOS QUE PROLONGAN SU PASIÓN EN TODOS LOS RINCONES DE LA TIERRA. PIENSO EN LOS LUGARES DONDE EL SER HUMANO ES OFENDIDO Y HUMILLADO, MALTRATADO Y EXPLOTADO. EN CADA PERSONA HERIDA POR EL ODIO Y LA VIOLENCIA, O MARGINADA POR EL EGOISMO Y LA INDIFERENCIA, CRISTO SUFRE AUN Y MUERE. 

EN LOS ROSTROS DE LOS DERROTADOS POR LA VIDA SE DIBUJAN LAS FACCIONES DEL ROSTRO DE CRISTO QUE MUERE EN LA CRUZ. AVE, CRUZ, SPES UNICA.  DE LA CRUZ  BROTA TAMBIEN HOY LA ESPERANZA PARA TODOS.

MUCHAS GRACIAS.

Ec. Dr. Osvaldo Cirnigliaro