El poder financiero toma los Gobiernos de la UE

La mayoría de países de la Unión ha situado en puestos económicos clave a directivos de la banca de inversión. Cuatro excomisarios de Durao Barroso trabajan ahora para el sector.

Algunos filósofos europeos ya han advertido que lo que está en peligro ante el torbellino financiero en la UE no es sólo el euro. Va muchísimo más allá: se trata de un nuevo Paradigma; un Nuevo Orden Mundial.

Dos primeros ministros elegidos en las urnas Yorgos Papandreu, en Grecia, y Silvio Berlusconi, en Italia son sustituidos por los supuestos tecnócratas Lucas Papademos y Mario Monti, respectivamente: Ningún país no puede siquiera defenderse contra los ultimátums de un capitalismo furioso que traspasan las fronteras nacionales.

Papademos suma ocho años de vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y otros ocho como gobernador del Banco Central griego. Y Monti, que aterrizó en Roma tras seis años asesorando a Goldman Sachs, ha colocado al frente de su equipo económico a Conrado Passera, máximo ejecutivo del banco Intesa Sanpaolo, y a Vittorio Grilli, ex directivo de Credit Suisse First Boston Group.

Pero la toma del poder político en la UE por parte de tecnócratas vinculados al sector financiero, coincidiendo además con la llegada a la cúspide del BCE de Mario Draghi, ex directivo de Goldman Sachs, no ha empezado este agitado noviembre. Desde mayo de 2010, con el primer rescate griego, los recortes coordinados en toda la UE y el incendio de la eurozona, los puestos económicos clave de los Gobiernos los van asumiendo directamente dirigentes con pasado en el mismo sector cuyos excesos, coinciden los expertos, provocaron la crisis.

Desde entonces, la mayoría de vacantes económicas se ha cubierto siguiendo este patrón: en Portugal, Dinamarca, Suecia, Letonia y al menos 14 de los 27 países que integran la Unión ha situado ya a exbanqueros o gestores de fondos al frente del ministerio de Economía, Finanzas o del Banco Central.

«  Lo que está sucediendo en Europa es un auténtico golpe de Estado financiero por parte de los mismos que causaron la crisis  », opina Marshall Auerback, economista de la Universidad de Wisconsin. «  El poder financiero quiere tener a los suyos en los puestos de decisión política porque se juega mucho; no es exagerado hablar de una dictadura financiera disfrazada  », le secunda Alejandro Inurrieta, del Instituto de Estudios Bursátiles.

Auerback e Inurrieta comparten una rara característica: han sido, en cierta forma, insiders. El primero es gestor del hedge fund Madison Street Partners. E Inurrieta, que fue director general del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, formaba parte del núcleo más cercano al ministro de Industria Miguel Sebastián, uno de los colaboradores del presidente con mejor entrada en los mercados.

La excepción española

España fue hasta hace poco una excepción a esta tendencia de ceder los puestos económicos clave a técnicos vinculados al sector financiero, aunque la proximidad exhibida en ocasiones por el Gobierno con los grandes banqueros ha exasperado a los progresistas, que han visto además cómo Zapatero se despedía indultando a Alfredo Sáenz, consejero delegado del Banco Santander.

Pero todo indica que, tras las elecciones del 20-N, España se sumará a la corriente. Mariano Rajoy empezó su ronda de contactos reuniéndose con banqueros y la mayoría de candidatos que las quinielas sitúan al frente de la política económica responden al perfil que se ha impuesto en la UE. Entre otros, Luis de Guindos, ex directivo de Lehman Brothers; José Manuel González-Páramo, miembro del comité ejecutivo del BCE e incluso Guillermo de la Dehesa, consejero del Santander y asesor de Goldman Sachs desde hace más de 20 años.

Inurrieta, Auerback y otros economistas consultados Núria Molina, de Eurodad; Yorgos Vassalos, del Corporate Europe Observatory, ambos en Bruselas; Peter Whal, del think tank progresista alemán Weed, y Oscar Ugarteche, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) coinciden en los motivos que a su juicio explican el fenómeno: esquivar la regulación estricta que prometieron los políticos. El francés Nicolás Sarkozy llegó a hablar de «  refundar el capitalismo  » y evitar «  pagar la factura de la crisis que ellos provocaron  », en palabras de Ugarteche.

«  Parecía que se iban a nacionalizar los grandes bancos y al final han conseguido evitar la quiebra pasando la factura a los contribuyentes a través de los rescates, primero, y luego de los duros ajustes para contener el déficit provocado por estos rescates  », opina el economista mexicano.

«  La gran banca manda más que los gobernantes  », añade este economista crítico, que coincide con las tesis que en el mundo ortodoxo ha expuesto sobre todo Simon Johnson, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional.

«  Hemos llegado a un punto en el que no hay elección: o sitúas al que quieren los mercados en el puesto económico clave o te arrasan  », insiste Inurrieta. Y añade: «  Por eso no se ha regulado nada ni se han afrontado las causas del crash; y por eso no hay perspectiva de salir de la crisis  ».

Reino Unido y Letonia son dos ejemplos emblemáticos de los efectos del fenómeno. Cualquier intento de controlar al sector financiero o imponer un impuesto europeo a las transacciones especulativas es vetado por Londres, que alberga la City, el mayor centro financiero de la UE y también el Ejecutivo más penetrado por el sector.

Varios puestos clave del Gobierno de David Cameron proceden de las finanzas: Desmond Swayne, delegado del primer ministro para el Parlamento, del Royal Bank of Scotland; Francis Maude, secretario de la Presidencia, fue directivo de Solomon Brothers y Morgan Stanley; Andrew Mitchell, ministro de Desarrollo Internacional, estuvo en Lazard; James Meyer Sasson, alto cargo en el Tesoro, fue vicepresidente de UBS Warburg, y Stephen Greene, al frente de Comercio e Inversiones, saltó al Gobierno desde la presidencia del HSBC.

En Letonia, el Gobierno tuvo que elegir entre romper la paridad con el euro lo que hubiera hundido a los bancos suecos, que inundaron el país de créditos o una «  devaluación interior  ». Eligió lo segundo y los dos ministros económicos que han pilotado la decisión proceden directamente de la banca sueca (Seedbank y SEB).

El plan ha sido verdaderamente de choque: se ha despedido a un tercio de los funcionarios y al resto les ha reducido el sueldo el 40%, el tijeretazo en educación y sanidad supera el 20%, el paro se ha triplicado y el 10% de la población ha emigrado. Pero la moneda no se ha devaluado.

Vassalos subraya que la supeditación de la política al poder financiero se explica también porque los propios políticos «  están muy perdidos  ». «  La liberalización radical del sector financiero creó un mundo opaco tan incomprensible para todos los que no forman parte de él que ahora nadie entiende qué sucede si no llama a un banquero  », añade.

«  Puerta giratoria  »

Esta creciente simbiosis entre gobernantes y el sector financiero se expresa también en la UE a través de lo que en el mundo anglosajón se conoce como «  puerta giratoria  »: directivos del sector financiero ocupan puestos políticos clave y, en paralelo, algunos gobernantes que han afrontado la crisis se incorporan al mundo de las finanzas.

Al menos cuatro comisarios que formaron parte del equipo de José Manuel Durao Barroso hasta febrero de 2010 trabajan ahora para el sector financiero: Meglena Kuneva pasó de Protección del Consumidor a BNP Paribas; Louis Michel, de Cooperación a Credimo; Günter Verheugen, de Industria y Empresa al Royal Bank of Scotland y a la alemana BVR, y Charlie McCreevy, de Mercado Interior que tenía el encargo de regular los opacos productos financieros que llevaron a la crisis al Bank of New York Mellon.

En España, el vicepresidente económico que afrontó la primera ola de la crisis, Pedro Solbes, se sienta ahora en el consejo de Barclays, mientras su secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, dirige Funcas, la fundación de las cajas de ahorros.

El fenómeno, que en el pasado fue sobre todo estadounidense, se ha globalizado con la crisis y apenas quedan ya espacios por cubrir: al frente del Banco Mundial está Robert Zoellick, que llegó al puesto desde Goldman Sachs; Christine Lagarde ha nombrado como número dos del Fondo Monetario Internacional a David Lipton, ex directivo de Citi y Moore Capital; el jefe de Gabinete de Barack Obama es desde enero Bill Daley, ex directivo de JP Morgan Chase. Y desde noviembre la entidad mandatada por el G-20 para reformar el sistema financiero mundial tiene al frente a Mark Carney, ex de Goldman Sachs

El objetivo de este golpe es explotar la crisis de la deuda de la eurozona como vehículo para crear un superestado federal europeo que transfiera todo el control restante de los asuntos nacionales a Bruselas. Los globalistas ya han iniciado el proceso, instalando a dos socios no electos para reemplazar a los primeros ministros democráticamente electos en Grecia e Italia.

Silvio Berlusconi, a pesar de su contradictorio carácter personal, estaba demostrando ser un obstáculo para el golpe de Estado bancario y fue rápidamente destituido, no por la voluntad del pueblo sino, como explica Stephen París en Time, por la acción de los "insiders" que controlan los mercados.

Los inversionistas parecieron tomar la decisión colectiva de que ya no podían confiar en quien encabezaba la tercera mayor economía de la eurozona y llevaron el costo de los préstamos de Italia hacia niveles de crisis. A finales de la semana, no sólo Berlusconi estaba acabado, sino también la idea misma de realizar una votación para sustituirlo. Los mercados habían hablado, y no les gustó la idea de acudir al electorado. «  El país necesita reformas, no elecciones  », dijo Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, en una visita a Roma.  »

El reemplazo de Berlusconi por el ex comisario europeo Mario Monti, asesor internacional de Goldman Sachs, presidente europeo de la Comisión Trilateral de David Rockefeller y también destacado miembro del Grupo Bilderberg es el último de una serie de cambios de aquellos que pregonan el Nuevo Orden Mundial. Monti es un par de manos aseguradas para la próxima etapa del golpe de Estado bancario, cuando la crisis del euro va a ser orientada para concentrar aún más poder en manos de la misma gente que la originó en primer lugar. «  Esta es la banda de delincuentes que nos trajo este desastre financiero. Es como pedirle a los pirómanos que apaguen el fuego  », comentó Alessandro Sallusti, director de Il Giornale, un periódico de Milán propiedad de la familia Berlusconi.

Del mismo modo, cuando el primer ministro griego, George Papandreou, se atrevió a sugerirle al pueblo de Grecia que le permitiría expresar su opinión en un referéndum, a los pocos días fue destituido y reemplazado por Lucas Papademos, ex vicepresidente del Banco Central Europeo, profesor visitante de Harvard y ex- economista de la Reserva Federal de Boston.

Papademos y Monti han sido instalados como líderes no electos precisamente porque «  no son directamente responsables ante el público  », señala Faris, mostrando una vez más la naturaleza de las bases fundamentalmente dictatoriales y antidemocráticas de la Unión Europea.

El viernes, también puso de relieve que los apocalípticos ataques retóricos sobre el colapso de la eurozona podrían ser sólo otra artimaña para concentrar más poder en manos de la Unión Europea en su intento de crear un sistema centralizado de gobierno económico europeo que dicte las decisiones de todos los Estados miembros.

El Banco Central Europeo está siendo aclamado como la entidad que «  salvará la eurozona  » a través del rescate de Italia, Francia y España.

¿Y quién acaba de ser instalado como presidente del Banco Central Europeo y proclamado como «  salvador de Europa  »? Nada menos que Mario Draghi – quien fue vicepresidente del Banco Goldman Sachs para Europa de 2002 a 2005.

¿Se empieza a observar una tendencia?

Las cadenas atadas a este plan de rescate lograrán precisamente lo que los eurócratas querían desde el principio: una «  unión política  » más estrecha como la solicitada por la canciller alemana, Angela Merkel, o en otras palabras, un superestado federal que destruirá lo que queda de independencia y soberanía de los estados- nación para entregarla por completo a Bruselas.

Toda la crisis de la deuda europea no es más que un flagrante golpe de Estado bancario diseñado para empoderar a los mismos terroristas financieros que causaron el colapso inicial en 2008 retirando súbitamente grandes cantidades de crédito del mercado.

Quienes en primer lugar hicieron estallar la burbuja, ahora se están presentando como los héroes que acudirán al rescate para evitar una depresión mundial -a costa de que los estados-nación europeos entreguen el control de sus economías a personajes no electos por la voluntad de los pueblos de la Unión Europa.

Conclusiones

Obvio es a los ojos de todos, en primer lugar, que en nuestros tiempos no sólo se acumulan riquezas, sino que también se acumula una descomunal y tiránica potencia económica en manos de unos pocos, que la mayor parte de las veces no son dueños, sino sólo custodios y administradores de una riqueza en depósito, que ellos manejan a su voluntad y arbitrio.

Dominio ejercido de la manera más tiránica por aquellos que, teniendo en sus manos el dinero y dominando sobre él, se apoderan también de las finanzas y señorean sobre el crédito, y por esta razón administran, diríase, la sangre de que vive toda la economía y tienen en sus manos así como el alma de la misma, de tal modo que nadie puede ni aun respirar contra su voluntad.

Esta acumulación de poder y de recursos, nota casi característica de la economía contemporánea, es el fruto natural de la limitada libertad de los competidores, de la que han sobrevivido sólo los más poderosos, lo que con frecuencia es tanto como decir los más violentos y los más desprovistos de conciencia.

Ultimas consecuencias del espíritu individualista en economía son esas que ustedes mismos no sólo están viendo, sino también padeciendo: la libre concurrencia se ha destruido a sí misma; la dictadura económica se ha adueñado del mercado libre; por consiguiente, al deseo de lucro ha sucedido la desenfrenada ambición de poderío; la economía toda se ha hecho horrendamente dura, cruel, atroz.

A esto se añaden los daños gravísimos que han surgido de la deplorable mezcla y confusión entre las atribuciones y cargas del Estado y las de la economía, entre los cuales daños, uno de los más graves, se halla una cierta caída del prestigio del Estado, que, libre de todo interés de partes y atento exclusivamente al bien común a la justicia debería ocupar el elevado puesto de rector y supremo árbitro de las cosas; se hace, por el contrario, esclavo, entregado y vendido a la pasión y a las ambiciones humanas.

Este diagnóstico no corresponde a economista ni político alguno. Su autor es el papa Pío XI (1922-1939), en la carta encíclica Quadragesimo Anno. 

Corregir el sistema financiero

La Iglesia no puede permanecer indiferente a situaciones tales como las actuales de hambre y endeudamiento en el mundo, que ponen en riesgo la salvación de las almas, y es por esto que ella hace un llamado a una reforma de los sistemas financieros y económicos para que estos se pongan al servicio de las personas. Los pedidos de los Papas sobre este tema son innumerables. Ya en su primera encíclica (Redemptoris Hominis) el Beato Juan Pablo II decía: "Las indispensables transformaciones de las estructuras de la vida económica [...] de pobreza en medio de abundancia, la amplitud del fenómeno pone en tela de juicio las estructuras y los mecanismos financieros y monetarios [...] El hombre no puede hacerse esclavo de los sistemas económicos".

La Iglesia Católica por consiguiente presenta los principios morales en que cualquier sistema financiero o económico debe juzgarse. Y para que estos principios puedan aplicarse de una manera práctica, la Iglesia llama a los fieles laicos -cuyo papel apropiado según el Concilio Vaticano II, es precisamente el de renovar el orden temporal y mantenerlo de acuerdo con el plan de Dios-  a trabajar por soluciones concretas y por el establecimiento de un sistema económico conforme con las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia.

Democracia Económica

Es por esta razón que Louis Even, fundador de los Peregrinos del Arcángel MIGUEL, decidió propagar la doctrina de la Democracia Económica. Una serie de principios y propuestas financieras cuyo fin es el Hombre: "Se hacen sistemas para los hombres y no los hombres para los sistemas y el interés del hombre que es su mismo desarrollo es superior a todos los sistemas."

Como dijo el Señor: « ¡El que tenga oídos para oír, que oiga! » (San Marcos, 4, 9.)