Los orígenes del Movimiento fundado por Louis Even

Louis Even escribió el siguiente artículo en 1964. (Louis Even no firmó este documento y habla de sí mismo en tercera persona.)

Fue en los últimos meses de 1934 cuando Louis Even leyó por primera vez un libro sobre el Crédito Social. El Sr. Even trabajaba entonces en Garden City Press, la imprenta de la Industrial and Educational Publishing Company, en Ste-Anne de Bellevue (en el extremo occidental de la isla de Montreal). El presidente de la empresa, James-John Harpell, era más que un hombre de negocios : quería promover el desarrollo intelectual y el conocimiento general entre sus empleados. (Nota de Vers Demain : el Sr. Harpell era partidario de las cooperativas, y en 1945 transfirió su empresa a sus empleados). Con este fin, había creado el Gardenvale Study Circle (llamado así por la oficina de correos situada en la propia imprenta). Cada semana, durante los meses de invierno, los cerca de 120 empleados del establecimiento se reunían cada viernes por la tarde en el Ayuntamiento para asistir a una clase impartida por el Sr. Even.

De la electricidad al dinero

En estas clases de invierno de 1934-35, el tema de estudio era la electricidad : lo que todo el mundo debería saber sobre la electricidad. El verano anterior se había impreso un libro de texto apropiado, escrito por el Dr. W.L. Goodwin y traducido por el Sr. Even, especialmente para este curso de invierno.

En aquella época resultaba muy común hablar del monopolio eléctrico y de su relación con el Royal Bank of Canada, entonces el mayor banco del país. Y el estudio del monopolio eléctrico pronto condujo al descubrimiento de la existencia del poderoso monopolio del dinero y el crédito.

Por otro lado, el Sr. Harpell ya había sido puesto en este camino por el Honorable Fielding, Ministro de Finanzas del gobierno liberal de Ottawa. Hasta su entrada en el Ministerio, el Sr. Fielding había sido editor del Journal of Commerce, impreso por Garden City Press. Las relaciones entre el Sr. Harpell y el Sr. Fielding eran estrechas. Un día, el Sr. Fielding, entonces Ministro de Finanzas, le dijo al Sr. Harpell : "Si quiere saber dónde reside el poder financiero en Canadá, fíjese en los bancos y las compañías de seguros.

Así pues, en el invierno de 1934-35 se decidió que el curso del invierno siguiente trataría del estudio del dinero y el crédito. La tarea siguiente sería encontrar un libro de texto sobre el tema, ya fuera un libro de texto existente o un manuscrito que sería impreso por Garden City Press.

Búsqueda

La petición de un manual se publicó en The Instructor, la publicación de invierno del Club. Las respuestas llegaron en forma de libros, folletos y algunos manuscritos. Al recibirlas, el Sr. Harpell las examinó un poco y se las pasó al Sr. Even para que le diera su punto de vista.

J.J. Harpell y su imprenta en Ste-Anne de Bellevue

Entre las obras recibidas había un extenso manuscrito de Gerald Grattan McGeer, alcalde de Vancouver y diputado por Vancouver-Burrard (desde entonces senador), que quería remediar la crisis que entonces que azotaba la época con abundantes obras públicas, que el gobierno financiaría creando dinero. Puede que la teoría fuera generosa, pero sin duda era un poco desaliñada, y daba demasiada importancia a las empresas estatales. No obstante, el libro de Gerald.G. McGeer fue impreso por Garden City Press, para el propio autor, que lo tituló The Conquest of Poverty (La conquista de la pobreza).

También había otro manuscrito, menos voluminoso, de la Sra. A.I. Caldwell, de Bristol, New Brunswick. Esta señora era la hermana del gran exportador de pescado de Saint John, N.B., el Sr. McLean (ahora senador), un hombre bien familiarizado con el sistema monetario actual. Fue el manuscrito de la Sra. Caldwell Money – What is it ? (Dinero – ¿Qué es ?) el que se eligió como libro de texto para el siguiente curso de invierno del Círculo de Estudios de Gardenvale. Fue traducido al francés por el Sr. Even.

También se recibió un libro de Sylvio Gesell, cuya teoría ha hecho numerosos discípulos en varios países. Gesell preconizaba una moneda sujeta a impuestos para favorecer la circulación : todo poseedor de un billete (papel moneda) tendría que pegar en el reverso, los días 1 y 15 de cada mes, un sello equivalente al 2% del valor del billete. Estos sellos tendrían que comprarse, en efecto, y nadie aceptaría un billete que no estuviera fechado. Al cabo de dos años, el billete se retiraba de la circulación, porque ya no había sitio para los sellos, pero la suma de estos sellos habría aportado al gobierno el precio del billete : por lo tanto, el nuevo billete se pagaba por adelantado. Al Sr. Even no le gustaba mucho esta teoría : significaba obligar al individuo a gastar su dinero rápidamente, para no verse limitado a ver cómo su dinero se deshacía poco a poco en sus manos. Esto es contrario a la libertad de elección del individuo.

Un golpe de luz

Un día el correo trajo un sencillo panfleto de 96 páginas titulado From Debt to Prosperity (De la deuda a la prosperidad), de J. Crate Larkin, de Buffalo. Era un resumen de la doctrina monetaria de Douglas. El Sr. Even empezó a leerlo en el tren que tomaba diariamente entre Montreal y Ste-Anne de Bellevue. Se convenció inmediatamente.

Reconoció en él un conjunto de principios cuya aplicación daría lugar a un sistema monetario "perfecto" : un sistema de finanzas lo suficientemente flexible como para responder a todas las situaciones económicas, que se adaptara a los hechos económicos en lugar de dictarlos o frustrarlos, que respetara absolutamente la libertad de elección de los individuos, que sirviera fielmente a la producción y al consumo, que respondiera a las demandas sociales tanto como a las económicas.

Y el Sr. Even se dijo inmediatamente : "¡Todo el mundo tiene que saberlo ! Ahora en todo lo que debía pensar era en cómo hacer realidad este deseo.

Tambien recibieron otros dos libros, mas desarrollados que el folleto de Larkin, sobre el Crédito Social : Social Credit for Canada, de W.A. Tutte, y Economic Nationalism, de Maurice Colbourne. Luego el Sr. Even adquirio obras del propio Douglas y de otros sobre el mismo tema. Todo en inglés.

A petición del Sr. Even, el Sr. Harpell hizo imprimir una traducción francesa del panfleto de Larkin, De la deuda a la prosperidad. Fue el comienzo de una literatura en lengua francesa sobre el Crédito Social.

En una conferencia magistral pronunciada en el congreso de 1959 en Allardville, Nuevo Brunswick, Louis Even dijo lo siguiente sobre el tema :

"Todos los días de mi vida, bendeciré al Buen Dios por haber puesto el Crédito Social en mi camino. Siempre recordaré aquel día de 1934, cuando en el tren que me llevaba a mi trabajo desde Montreal a Ste-Anne de Bellevue, tuve el privilegio de leer un folleto de 96 páginas (From Debt to Prosperity— De la Deuda a la Prosperidad, de J. Crate Larkin), que explicaba el Crédito Social. Yo no buscaba el Crédito Social. Buscaba algo que pusiera fin a la absurda crisis en la que nos debatíamos en aquel momento. Había leído bastante. Aparte de mi trabajo durante el día, era profesor para los empleados de nuestra imprenta, que eran algo más de cien. Cada semana teníamos una sesión de estudio.

"Habíamos elegido como tema'dinero y crédito'. Así que buscábamos un libro de texto. Yo había leído muchos manuscritos, y pequeños panfletos, y libros que nos habían enviado, y en todos ellos descubrí que había esfuerzos para mejorar la situación. Pero había cosas que eran ridículas ; todos tenían fallos. Decían que se podía acudir a la ayuda del pueblo, pero no sin exigir algo. No sin la condición de que se elaboraran programas, o que se instalara una dictadura, o que se instaurara el socialismo para ayudar al pueblo.

"Cuando vi el Crédito Social, dije : ¡es maravilloso ! Me di cuenta enseguida de que era una verdad la que estaba descubriendo, las otras obras tenían zonas dudosas en sus proyectos. En el Crédito Social no había sombras, era una verdad. No había avanzado mucho en el libro y, antes de terminarlo, cuando vi lo que era, dije : "Es tan hermoso que todo el mundo debería saberlo". Se puso en mi camino ; debe ponerse en el camino de todos.

"Fue la Providencia la que me lo puso delante de los ojos, aunque entonces no tenía muchos medios, ni sabía muy bien cómo hacerlo. Sin embargo, tenía el deseo y era capaz de jurar que empezaría a difundir esto lo más posible. Hacía mi trabajo, no podía hacer gran cosa, salvo los fines de semana, hasta el día en que, gracias a la iniciativa y al apoyo de la Sra. Gilberte Côté-Mercier, pude decidirme a dejar mi trabajo (el 4 de septiembre de 1938) y dedicarme a tiempo completo a la gran obra del Crédito Social".

Durante el invierno de 1935-1936, toda la plantilla de Garden City Press recibió información sobre la doctrina de Douglas en el curso semanal de Dinero y Crédito.

A principios de enero de 1936, el Colegio de Censores Jurados de Cuentas de la ciudad de Quebec, a sugerencia del Hermano Ferdinand, profesor de la Academia de Comercio, pidió al Sr. Even que diera una conferencia sobre el Crédito Social. El Sr. Even tuvo un público selecto esa noche. Entre ellos, en primera fila : Me J.-Ernest Grégoire, alcalde de Quebec y diputado por Montmagny ; su amigo, el doctor Philippe Hamel, también diputado y gran luchador contra los monopolios ; su amigo común, el doctor Marcoux ; el redactor jefe del periódico L'Action Catholique, Eugène l'Heureux, etc. También había varios hermanos de la Academia, y otros del público, que se convertirían en miembros activos del movimiento en formación.

Ese mismo año, Louis Even presentó un proyecto que tenía en mente desde hacía mucho tiempo : la publicación de un boletín periódico (mensual a ser posible), que llamaría Cahiers du Crédit Social ("Cuadernillos de Crédito social"). El primer número de Cahiers du Crédit Social data de octubre de 1936. El Sr. Even seguía trabajando en la imprenta de Garden City. Escribía los Cahiers por las tardes y recorría el país los fines de semana.

Los Cahiers nunca superaron los 2.400 suscriptores ; pero una buena parte de las ediciones se vendían a través de propagandistas que regularmente sacaban 40 ejemplares por un dólar en cada edición, vendiéndolos a 5 centavos cada uno. Los cuadernillos no podían publicarse regularmente todos los meses. Había que vender suficientes ejemplares para pagar a la imprenta al menos una parte de la deuda acumulada antes de poder publicar un nuevo número. En tres años, de octubre de 1936 a agosto de 1939, aparecieron un total de 16 números.

 


Finalmente, en septiembre de 1939, justo cuando Canadá entró en guerra contra Alemania, se tomó la decisión de lanzar una publicación periódica (en francés), Vers Demain (literalmente, Hacia el mañana, por un futuro mejor) que se ha publicado ininterrumpidamente desde entonces. En 1953, para llegar al mundo de habla inglesa, Louis Even fundó una revista que llamó Social Credit, y más tarde, Michael. Esta revista se publica también en polaco desde septiembre de 1999 y en español desde abril de 2003.