Una Luz  en mi camino

Por medio del patrocinio del Instituto para la Justicia Social Louis Even, los Peregrinos de San Miguel

Arcángel ayudan a llevar la vivencia del Evangelio  y de la Doctrina Social de la Iglesia al mundo.

El 28 de marzo, ante una asamblea conformada por diez Obispos, varios sacerdotes, economistas, misioneros y profesionales en diferentes ramas dio inicio una semana intensa de estudios sobre la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia en economía y donde el clamor general fue: "He encontrado una LUZ en mi camino". 

Recordando las palabras del Cardenal Peter Turkson ante la asamblea de las Naciones Unidas de luchar contra la pobreza pero sin eliminar a los pobres, la semana de estudios estuvo llena de intensa actividad educativa y un compromiso correspondiente por parte de todos los participantes.

En el transcurso de las ponencias se comprobó de como hasta un observador poco atento puede constatar con facilidad que en nuestro tiempo, precisamente gracias a las tecnologías más modernas y la abundancia de los bienes y de la producción, la pobreza y la miseria en muchas partes del planeta son injustificables y de que la Iglesia va tomando conciencia cada vez más activa.

Durante décadas, los Peregrinos de San Miguel han dedicado todos sus esfuerzos a prepararse y a preparar a personas seglares a que sean capaces de vivir plenamente su misión dentro de la Iglesia. El magisterio eclesiástico ha sostenido siempre que la Iglesia no le tiene miedo a la verdad, es más, que desea y busca que esa verdad sea conocida y propagada y eso es lo que hacen los Peregrinos de San Miguel; trabajar por la construcción de un mundo mejor de una sociedad más cristiana a través del estudio y aplicación de las enseñanzas de la Iglesia.

Diez Obispos encuentran en Canadá la perla escondida

La raíz del problema de la miseria en África y en el resto del mundo al descubierto y su solución

Al inicio de las diferentes exposiciones durante la semana de estudios, varios de los participantes nos comentan de la trágica historia de África que tiene su eco en su difícil presente, un presente aparentemente sin esperanza, pero que según se profundiza en los estudios de la "Democracia Económica" encontraban esa luz de esperanza, esa perla escondida. 

En las sesiones históricas del sistema financiero se hacía más clara la raíz de los problemas de la miseria e injusticia social en los países africanos y del resto del mundo. Se descubría que no eran los "Americanos" ni el "Sistema imperialista americano" los causantes de las miserias e injusticias en el mundo, sino que había un tramado de la élite financiera internacional, que ya nos habían advertido varios Pontífices. 
 

Por ejemplo en un estudio de la ONU de más de 50 países subdesarrollados, 34 naciones africanas forman parte de la lista. ¿Por qué parece África el continente del sufrimiento?
 Se podría decir que es el resultado de una combinación de muchos factores: la perspectiva histórica, los sistemas económicos internacionales, el gobierno y la cultura. Es una combinación de todos estos factores. Al hacer referencia a la historia de África, es necesario que comprendamos que la historia de África es una historia triste - la esclavitud, por ejemplo, y sus consecuencias. Es una historia de colonialismo y explotación. No es suficiente para explicar y justificar la situación actual, pero tiene mucho que ver con lo que estamos diciendo de la situación de África.
 

Durante muchos años el continente africano, y muchos de los países del continente, han estado en manos de personas que fueron puestas allí no por ser las personas adecuadas sino porque servían a los intereses de otros. Durante la Guerra Fría, en el Congo, por ejemplo, se tuvo a Mobutu durante 32 años, un hombre que no hizo nada por el Congo. Lo que se sufre en el Congo hoy tiene sus raíces en aquella era. Mobutu fue puesto en el contexto de la Guerra Fría, apoyado y con dinero de la comunidad internacional, pero haciendo sus propios negocios con este dinero y no desarrollando el país. Es un país que es cuatro veces más grande que Francia, con 60 millones de personas. Tienen todos los recursos naturales que se puedan imaginar. Es como un paraíso y, aún así, la gente se muere de hambre. ¿Puede ser esto posible?
 

África tiene algunas de las mayores riquezas naturales pero sufre una gran pobreza. Es una contradicción que exige una respuesta.

Estos vastos recursos naturales han sido explotados por empresas externas y podemos ver que estos mismos recursos naturales son la principal razón de la guerra que está causando estragos en países como el Congo. En muchos países en los que hay petróleo, oro y diamantes, se establece la miseria. Tener todas estas riqueza en tu suelo es como una maldición, porque estos recursos son explotados y las ganancias se gastan en armas que se traen al país. En el Congo, sobre todo en la zona oriental, acechan los que fueron responsables del genocidio de Ruanda. Entraron en el Congo y ahora ocupan varias zonas del país en las que están extrayendo los recursos naturales, y vendiendo todo esto a compañías del exterior, y las ganancias se utilizan para adquirir armas y prepararse para la guerra, asesinar a la población local y amenazar la seguridad de toda la región. Así que es una contradicción, es un desastre.
 

Es en este contexto que las sesiones de estudios toman un rumbo cada vez más activo, interesante y dinámico con la participación de Arzobispos, Obispos y sacerdotes de varios países Africanos, guiados de las experiencias enriquecedoras de los Peregrinos de San Miguel que incluyen a expertos en el ámbito económico, social y doctrinal.

En este espíritu sigue un texto elaborado por el Rev. Abad Félicien MWANAMA G. secretario de las ponencias.

"Con respecto a la semana de estudios, los participantes compartieron sus impresiones y, en forma espontánea, cada uno expreso lo que contemplaba realizar de regreso a su entorno personal y apostólico. Todos tuvieron la posibilidad de expresar su gratitud por la oportunidad de un aggiornamento garantizado por la hospitalidad y por todos los aspectos que aprovecharon durante su estancia.

Para un participante, la Democracia Económica, propuesta por los Peregrinos de San Miguel Arcángel como solución a la erradicación de la miseria, no es una tontería, ni una utopía; no tiene nada que ver con el comunismo o el capitalismo. Se trata de una evangelización que se encarga de los problemas de la sociedad. 

Un participante propone inspirarse en las lecciones que conciernen la educación cívica de los fíeles laicos en comunidades eclesiales vivas, así como la animación de los talleres de los actores políticos, con el fin de organizar seminarios de estudio en el marco de sus enseñanzas en una facultad de economía y de teología moral. 

Otro estima que su participación ha ampliado sus horizontes sobre el endeudamiento y sus nefastas repercusiones en los Estados africanos. Él comprendió que el combate consiste en un compromiso contra las fuerzas del mal que operan a través del sistema financiero actual. En este combate se debe conjugar el esfuerzo espiritual y el análisis científico de la situación para comprender mejor y llevar a cabo acciones sociales consecuentes. 

El norte y el sur tienen un enemigo común, concluye otro. Se trata de la codicia del sistema financiero, de las sociedades multinacionales que explotan los minerales dejando a la población local pobre y en la miseria. Se sugiere animar sesiones de acuerdo a las necesidades de los laicos, sobre todo incluyendo a las mujeres de su Diócesis para aumentar la audiencia a la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia a través de la "Democracia Económica". El dejar de proponer este mensaje sería una complicidad frente al asesinato de la población pobre y empobrecida de África. 

Un participante admira el ambiente espiritual y el esfuerzo que se hace para alimentar el apostolado de los peregrinos de San Miguel con la fuente segura de la enseñanza del magisterio. Su trabajo se edifica con el ánimo apostólico que se lleva a cabo con el "puerta a puerta" el cual es el voluntariado de los peregrinos de San Miguel. La sesión le ha permitido comprender que las proposiciones de la "Democracia Económica" ofrecen una solución a la crisis actual. Se esforzará por digerir aun más las lecciones siguientes para que la información pueda llegar a las víctimas inmediatas del sistema financiero actual. El sugiere a los peregrinos de San Miguel contemplar la organización de sesiones en el mismo continente africano. 

Para otro participante, el cambio del sistema financiero actual es posible mediante un esfuerzo coordinado que resulte de la colaboración. Sería deseable mantener el contacto ya que lo importante en la "Democracia Económica" es, antes que nada, la confianza entre las personas.

Un participante promete trabajar en la traducción del libro sobre la "Democracia Económica" en el idioma local así como formar un sacerdote y un laico para este fin. Sugiere a los peregrinos de San Miguel hacer llegar su texto al Consejo de Seguridad de la ONU y al Consejo Pontificio "Justicia y Paz" de Roma.

Otro anima a los Peregrinos de San Miguel para ponerse en contacto con el CCEFD de Francia, que trabaja por los mismos objetivos, con el fin de unir sus esfuerzos. Agrega que la Iglesia, siendo "transnacional", debe trabajar para vencer a las multinacionales frenando su impulso de destrucción por lo que debe organizarse.

Finalmente un participante estima que la participación en la semana de estudios ha sido para él una fortuna por haber enriquecido y agrandado su visión en la exposición de la doctrina social a través de los módulos sobre la vida económica que se preparan en el nivel de la zona  ACEAC.

El 5 de abril de 2011, todos los Arzobispos, Obispos, Sacerdotes y laicos que estuvieron presentes en la sesión participaron en la Iglesia parroquial de Rougemont en la celebración eucarística de clausura presidida por su excelencia Mgr. François Lapierre, Obispo de Saint-Hyacinthe. Con ocasión de la Santa Misa, los Obispos tuvieron un intercambio con su colega de Saint-Hyacinthe en la Casa Saint-Michel y cenaron con el cura de Rougemont, el Deán Gérard Ouellet. 

     Elaborado en Rougemont el 5 de abril de 2011

Abad Félicien MWANAMA G.

Secretario de las Sesiones


 

"Yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva"

Homilía de Mons. Etienne UNG'EYOWUN, Obispo de Bondo, miembro de la Comisión Episcopal Justicia y Paz (RD Congo) 4 de abril 2010, Iglesia Saint-Michel de Rougemont, lunes de la cuarta semana de cuaresma.

Primera lectura del libro de Isaías 65 17-21: 

"Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva y no serán mentados los primeros ni vendrán a la memoria; antes habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a crear. Pues he aquí que yo voy a crear a Jerusalén « Regocijo », y a su pueblo « Alegría »;  me regocijaré por Jerusalén y me alegraré por mi pueblo, sin que se oiga allí jamás lloro ni quejido. No habrá allí jamás niño que viva pocos días, o viejo que no llene sus días, pues morir joven será morir a los cien años y el que no alcance los cien años será porque está maldito. Edificarán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán su fruto."

Quisiera proponerles una pequeña meditación sobre el verbo « crear » utilizado en la primera lectura por el profeta Isaías.

Durante las lecciones que hemos tomado, el verbo « crear » ha sido utilizado abundantemente. Vemos frases como éstas respecto a la creación humana:

Los bancos crean miles de millones de dólares cada día pero los países se sumergen en las deudas; ¡el banquero crea el dinero a partir de la nada!

Las empresas crean necesidades artificiales e inútiles y a veces productos de mala calidad;

Las empresas crean empleos;

Los hombres crean sistemas, incluido el sistema monetario;

Creamos residuos tóxicos como la dioxina

Los bienes de la tierra han sido creados para todos los hombres;

« La Democracia Económica crearía en el mundo un ambiente que permitiría la plenitud de la familia y del cristianismo. » (Pio XII). Y así citas por el estilo. 

Y ya adentrándonos en la meditación, para los hebreos, el verbo « crear » (bãrãh) está reservado únicamente para Dios. El hombre descubre, inventa, fabrica, a partir de lo que Dios creó. La creación es la prerrogativa de Dios. Todo lo que Dios creó es muy bueno.

Ahora escuchemos lo que Dios crea según el pasaje de Isaías (65:17-21):

 "Yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva..... habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a crear: Pues he aquí que yo voy a crear a Jerusalén « Regocijo », y a su pueblo « Alegría". 

Dios se propone renovar toda la creación, renovar este mundo. De acuerdo al libro del profeta Isaías, estamos en un período muy difícil: el pueblo hebreo estaba exiliado en Babilonia desde hace cincuenta años. El pueblo acaba de regresar a su tierra, donde todo fue destruido. El texto continúa diciendo: había lágrimas, gritos, muertos, casas y campos destruidos. Y la población, incluido el rey y los sacerdotes, habían sido agredidos, todo fue destruido, todo se volvió más negro para el pueblo de Israel que la realidad actual. Israel había sido humillado por sus enemigos debido a su pecado de idolatría. En el contexto del retorno a Jerusalén el profeta dijo: « quiero crear un cielo nuevo y una tierra nueva. » Dios está allí para renovar su creación. Todos los textos y las oraciones de la misa de hoy en día hablan de renovar el mundo. La nueva Jerusalén será una ciudad de gozo y el pueblo estará alegre. Todos aspiramos a un mundo mejor el cual es posible con Dios.

Hoy, nuestro mundo está lleno de malas noticias que pueden desanimarnos. El profeta Isaías nos incita a la esperanza, a dirigir nuestra mirada hacia el futuro. Así como él lo ha dicho: « no nos acordaremos más del pasado. » Mañana será mejor que hoy si nos comprometemos a transformar el mundo según la voluntad de Dios. El gran pecado, es apartarse de la voluntad de Dios, mientras que la gran misión que nos es confiada sobre esta tierra es transformar este mundo por medio de la inteligencia que Dios nos ha confiado. Desgraciadamente, el hombre utiliza esta inteligencia – la cual Dios le ha confiado - contra Dios.

Qué La Santísima Virgen María, nuestra Madre, nos ayude a colaborar humildemente en la obra creadora de Dios para edificar un mundo más pacífico, un mundo más justo y fraternal. Amén.

Síntesis de La Semana de Estudios

El verdadero objetivo de la economía es  hacer que se produzcan los bienes que la gente necesita, y que estos lleguen efectivamente a todos los que los requieran. Esto es lógico, ya que la economía, siendo un invento humano, debe estar al servicio de la persona humana. 

El dinero, al que muchos identifican como la esencia, el motor y el objetivo de la economía, es en realidad sólo un medio inventado por la sociedad para representar que se posee un bien y que se tiene la capacidad para adquirir otro. El valor del dinero se sustenta en la producción, a la cual el billete o la moneda simbolizan. De ahí que el dinero debería ser un medio para hacer que se produzcan los bienes que las personas necesitan y para que estos bienes lleguen efectivamente a todas ellas.

Sin embargo, se ha dado tanta importancia al dinero que se ha llegado a pensar que éste puede por sí mismo producir más dinero, cuando en realidad es la producción material, intelectual o cultural de la sociedad la que genera la riqueza, representada por el billete o la moneda. 

Esta confusión ha provocado que quienes controlan la circulación del dinero concentren un enorme poder, que ejercen manipulando la producción de los bienes y la capacidad de adquirirlos, ocasionando para la mayoría de la gente tales condiciones de vida social y económica que, al vivir angustiada por conseguir dinero para poder comprar lo que necesita, en medio de inflaciones, deudas impagables, depresiones y desempleo, se le dificulta concentrarse en lo realmente importante: vivir de tal manera que se alcance la vida eterna, como señalaba el Papa Pío XI en su encíclica Quadragesimo Anno.

Cuando se da un sistema económico en el que la gente ve con horror como el progreso se ve frenado por la deuda, tanto nacional como individual, que pone en riesgo sus bienes, su empleo y su soberanía; cuando se da un sistema que para acrecentar su poder provoca inflación y deflación económica mediante el control del dinero, manipulando así la vida de las personas y de los pueblos; un sistema, en fin, que no tiene en cuenta la relación entre la producción y las necesidades humanas, entonces ese sistema, diseñado no por fuerzas naturales inmutables sino por seres humanos, debe cambiar por otro que si responda al bien de todas las personas, y no sólo de unas pocas.

El sistema financiero actual no está funcionando. La actual crisis económica global lo demuestra. 

Ante esto, es necesario estudiar el sistema llamado "Democracia Económica", una propuesta para hacer concreta la Doctrina Social de la Iglesia, que busca promover el desarrollo integral de la persona humana y de todas las personas, el cual sólo es posible sobre este fundamento: la caridad iluminada por la verdad, como lo ha recordado el Papa Benedicto XVI.