Sexto Hábito

 El sexto hábito también es Mariano. El rezo del Santo Rosario cada día y la meditación de los misterios, los cuales versan sobre la vida de Nuestro Señor y Nuestra Señora. Como san Josemaría señaló, "El Rosario es eficacísimo para los que emplean como arma la inteligencia y el estudio.

Porque esa aparente monotonía de implorar a Nuestra Señora, como niños con su Madre, puede destruir todo germen de vanagloria y de orgullo" (Surco 474). El Rosario es un hábito que, una  vez adquirido, es difícil abandonar. Junto con la repetición de las palabras de amor a María y el ofrecimiento de cada decena por nuestras intenciones, nosotros tomamos un atajo hacia Jesús, el cual pasa a través del corazón de María. Él no puede rechazar nada de Ella.